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miércoles, 11 de junio de 2014

Llegaron los tiempos de Resurrección en la Tierra





Llegaron los tiempos de Resurrección en la Tierra
Por Cristo
Transmitido por Eugeni García
10.06.2014


Llegaron los tiempos de Resurrección en la Tierra para aquellos Corazones que tanto y tanto se han entregado y preparado a recibirlo.

Llegado es el momento para algunos hermanos de mi presencia completa en lo físico, de las acciones que la Inteligencia de la Luz os impulse a realizar en el plano más denso, ya sea abrazando a la sociedad, involucrados en ella, o retirados de la misma.

Puesto que todo acto, cada pensamiento, cada gesto cotidiano en solitario o en compañía, siempre repercute facilitando el Despertar, y siempre alivia a nuestra amada madre Gaia.

Pero recordad que allí donde están dos o más hermanos en mi nombre, allí estaré entre vosotros. Mi Presencia pues se expande, mi Presencia se hace evidente. Todo está consumado, todo está ya listo, si me dáis todo el espacio.

¿Qué podemos entonces emprender juntos, si no es guiados por la Gracia, por la Luz del Bien Amado?, y por otro lado ¿qué nos hace falta realizar dentro de la escena de teatro?

El objetivo, lo sabéis, no es cambiar el mundo. La meta sin meta sois vosotros, vuestra Eternidad recuperada, que al brillar en el mundo, hace que ya nada vuelva a vivirse como antes.

No estáis en un fin de ciclo cualquiera, esto es el fin de la ilusión, es el fin de todo ciclo. Ninguna intervención dentro de la escena del teatro finaliza el montaje del teatro. Sólo nuestro Fuego crístico consume lo que debe disolverse.

Sólo os cabe Ser lo que ya Sois, y siempre fuisteis, más allá del tiempo y del espacio. En la Paz del Cristo no hay más deseo, no hay una proyección en hacer tal o cual cosa. Pero ello no impide que como seres creadores, manifestéis vuestra creatividad en las vías que considere oportunas la Inteligencia de la Luz.

Si ella os llama al reposo, nuestra vibración silenciosa, nuestra presencia radiante es un faro para la Humanidad. Ella es la Fuerza inagotable del Señor, obrando a través de la Gracia invisible que teje las dimensiones.

Los cuerpos físicos humanos necesitan de cierto descanso, y de cierta recuperación, para asimilar la Luz que llega. Respetad vuestros tiempos, sed pacientes con vuestra Danza de la Vida. Pero tampoco os acomodéis en los descansos. Es el Espíritu quién dirige, y el cuerpo puede protestar, pero él tiene que responder, él tiene que adaptarse a la voluntad divina.

Así, cada día, vuestra actitud de Abandono construye piedra a piedra los pilares de nuestro Templo. El Abandono no es una indiferencia, el Abandono no es una pasividad, el Abandono es justamente dejar laborar a la Luz, en perfecta transparencia.

Si el Abandono os llama a moveros a nivel material, recordad que no hay restricciones en lo que podéis hacer, si sois guiados por el corazón del Corazón. Olvidaros de programar, de controlar lo que sucede. En la Gracia todo es posible, en la Gracia no hay límites, en la Gracia cada suspiro es un milagro.

En la Gracia todo puede hacerse si se hacen pequeños, si me ceden todo el lugar. La materia responde a vuestra llamada, a nuestro Fuego de Amor.

Vosotros no estáis aquí tan solo para calmar a vuestros hermanos y hermanas. No estáis aquí tan solo para reconfortarles: el Verbo os empuja también a mostraros y no esconderos, si algo debe ser pronunciado en palabras o irradiado en Silencio desde la firmeza, desde la determinación.

El Cristo es un Fuego amoroso, es el Fuego que quema y la espada de la Verdad.

Al desaparecer, vosotros sois el Milagro de la Vida, sea cual sea vuestra forma o medio de obrar. Al dejaros hacer por la Fuente, ella brota también de los manantiales el Agua purificadora.

[Dedicamos unos minutos de Silencio acogiendo el Cristo...]

Vosotros, que habéis valerosamente superado capa por capa las limitaciones; vosotros que habéis liberado paso a paso, o quizás súbitamente los miedos, sólo queda a manteneros firmes en mí. Ver claramente lo Eterno, y dejar pasar lo efímero. Estas son las últimas pulsiones de la mente, que de ninguna manera van a detener la Llama del Espíritu.

En el Absoluto que Sois, todo es posible. Vosotros sois la Vida, la Verdad, el Camino. Lo sabéis y lo vivís. No permitáis que las aparentes limitaciones os detengan.

Si vengo como un ladrón por la noche; si me acerco a vuestra puerta; si miro a través de las ventanas de la casa, eso significa que cada momento es el momento…

¿Vais a preocuparos entonces de los movimientos?¿Vais a esperar un evento? O estáis listos para cada instante en la morada del Silencio…

Nada viene a vosotros que no fuera ya presentado con antelación.

Rindo, pues, Gracia por vuestra paciencia hermanos, por vuestra constancia.

Bienaventurados aquellos que se ofrecen en el Silencio, que permanecen tranquilos, a ellos les digo: mi Paz está con vosotros, mi Fuerza es nuestra Fuerza.

Bienaventurados los sencillos que no huyen; los humildes pero valientes. De ellos es el Reino del Cielo.

Y si en vuestro devenir no es dado el momento de recibirme en totalidad, acepten mi Llama que les colma. Agradezcan los regalos que reciben de la Fuente.

Porque si vuestra entrega es sincera, si vuestra entrega es humilde, devenís la misericordia del Padre. Os convertís en la Fuent,e y ella os absorbe, os devuelve a la Vida, a la más auténtica, a la original VIDA que Sois.

Quedamos, pues, unidos en el mismo Fuego sagrado que todo lo enciende. No importa que vuestros hermanos y hermanas no vean ni comprendan las hazañas visibles e invisibles que juntos realizamos. ¿Qué cuenta para vosotros?¿quién busca el reconocimiento? La Gloria siempre es del Uno, de lo que Somos. És es la única Fuente, el único hacedor.

No tenéis que conseguir nada ni esperar que “pase algo” en el Templo, la personalidad no puede ni podrá alcanzarme, sólo hay que desaparecer en la Alegría, en la Ligereza, descubriendo lo insondable.

En la Ligereza ríanse de sus motivos, ríanse amorosamente de todas las pretensiones, ríanse cariñosamente de los conceptos espirituales. Si os reís de vosotros mismos, liberáis con suma facilidad.

No carguéis con las definiciones de Absoluto, de Liberación, de Ascensión, de Despertar, de Iluminación… todo eso no existe más cuando abandonáis la mente. Todo eso sucede de modo muy natural.

Si ya Sois espíritus libres en una experiencia humana, ¿cómo no vais a regresar a vuestra herencia crística?¿dónde está el posicionamiento?

Reíros amables de las dudas, soltad esos procesos construídos por la mente. La VIDA en mayúsculas es una tremenda carcajada cósmica. En la Ligereza, cantad la Alegría de nuestro reencuentro. ¿Se os ocurre acaso un mayor festejo posible?

Lo que importa es nuestra celebración; lo que importa es que pese a las apariencias, ahora mismo y cada vez más, muchos hermanos y hermanas despiertan con gran alegría, con gran facilidad en la faz de esta Tierra. Ellos se reconocen en lo que Son. Ellos vuelven a lo que Son.

No os comparéis pues queridos, no caigáis en esos juegos del mental, vosotros sois todos la misma esencia de toda Eternidad. Cada cual despierta a su modo, el más conveniente para su vibración. Y cada despertar es único, es una bella fragancia que emana la Verdad de nuestra naturaleza.

Nuestra Verdad, recibiendo las bendiciones y los dones del Espíritu Santo, que ahora palpita e irradia en los Corazones de toda la Humanidad.

[Dedicamos unos minutos de Silencio acogiendo el Cristo...]

Mi Luz crística ella alumbra, ella es amorosa, pero corta como una espada lo que debe disolverse. Y en Verdad os digo que no hay término medio para mi llegada, no hay cabida posible para el ego, la rendición debe ser total, la personalidad puede reaccionar aún con sus coletazos finales.


No le deis crédito a esos últimos miedos, en la confianza nuestra Luz todo lo puede, todo lo abrasa. La Fe de nuestro reconocimiento mueve montañas.

Quedemos pues tranquilos en el Silencio, albergando mi Presencia. Quedemos en la Paz inamovible, aquella Paz que nada puede perturbar, aquella Paz que os devuelve a vuestra integridad.

Sed pues, hermanos, las Llamas que alumbran sin pretenderlo con el Amor que Sois. Un Amor que no necesita de palabras, un Amor que se basta por su sencillez y entrega valerosa.

Vosotros sois la música de la Vida, el Caliz eterno que rinde su Gloria al Padre. Sinfonía de Alegría y Plenitud.

Vosotros sois el mismo Padre, donde ya no hay más distancias, y sois el Hijo ardiente del Sol, hecho carne también. Sois mi Aliento Crístico penetrando las estructuras efímeras, ahora dispuestas a acogerme.

Tomad la Fuerza del Bien Amado mis queridos, la determinación de lo que Sois, y derramad su Gracia en la humildad.

¿Quién de entre vosotros toma la antorcha de mi Fuego? ¿quién precipita mi fusión en la densidad? ¿quién me cede todo el espacio?

Desaparezcamos fundidos en mi Aliento, disueltos para siempre, la Llama de Cristo se enciende inevitablemente en esta Humanidad…
 
Por el Cristo 

 


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