13 de MARZO 2011 UNA ESTRELLA Autres Dimensions
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CANALIZACION: Jean Luc Ayoun
TRANSCRIPCION: Véronique Loriot
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com
CANALIZACION: Jean Luc Ayoun
TRANSCRIPCION: Véronique Loriot
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Traducción: Hedyn Núñez
UNA ESTRELLA
13 de Marzo 2011.
Mis amigos de aquí y de otras partes, soy UNA ESTRELLA. Nómbrenme como les parezca. Intervengo después de mis Hermanas, habiendo de alguna manera, preparando mi llegada. Los que necesiten un nombre o una apelación, llámenme una ESTRELLA. ¿Qué decirles? El preámbulo será rápido ya que eso que yo voy, por mi Presencia y vuestra Presencia, en este momento, a revelar, es un paso más en el silencio y en la Unidad.
Podría decirles que estoy en tal lugar o tal otro. Podría decirles que soy la hija de la Madre y la Madre de la Madre. Soy; en Verdad, eso. Pero, ante todo, mi Amor y mi Presencia me hacen decir y vivir que soy cada uno y cada una de ustedes. La hora ha llegado, fuera de este tiempo y esta hora, de reunirnos, de resonarnos, en resonancia más allá de la razón, de ponernos juntos, a la imagen del Único, en un espacio y de un tiempo fuera de este tiempo y fuera de este espacio donde no existe más la distancia, donde no existe más la separación. Juntos y unidos. Espacio no definido. En resonancia el uno al otro, entre ustedes y entre nosotros, son las primicias previas anticipando nuestra unión: unión de Libertad, unión en el seno del Uno.
Yo podría decirles: “soy ustedes”. Podría decirles: “ustedes son yo”, más allá de las palabras, allí donde quiero que juntos resonemos, más allá del múltiplo, en la Unidad del Ser, en la Unidad de la Verdad, Verdad del Corazón donde el silencio reina a fin de captar nuestra resonancia. Soy una de entre ustedes, como son el uno y la una de las Doce, participando en la ronda y trabajando en la ronda de la Creación. No es ya la hora de las cadenas. La hora del múltiple, tampoco. Lo que estaba fragmentado, lo que estaba dividido y separado, se unió. Podría decirles que soy la voz de la Tierra y la voz del cielo. Soy vuestra voz; cuando ustedes mismos son vuestra voz. Soy la voz de la Unidad y podría, también, como ustedes, ser la voz de la Fuente.
No hay más distancia en la Conciencia Una, Unidad de la Vibración. Una de las Estrellas les habla, más allá de las palabras, el lenguaje del Único, el que captan en los intervalos de mis palabras, ese intervalo que suprime la distancia, que pone en resonancia, permitiendo entonces decir y sobre todo de vivir: «yo soy Uno». ¿Qué diferencia entre yo soy Una y soy Uno? La diferencia sólo está en una letra. En la Unidad, no hay nada que tomar a la letra. Hay solamente que vibrar. Hay solamente que englobar. Hay solamente que Ser ya que el Ser es el sentido mismo del Único.
La Vibración es llevada y transportada más allá del sonido, de mis palabras, de mi Corazón a vuestro Corazón y de vuestro Corazón a mi Corazón porque somos un solo Corazón en el Único: espacio de adhesión, testigo de la Alegría, instalación en el Ser. En el centro del centro, en el espacio palpitante e inmóvil, englobando el conjunto de los posibles; el Único viene a ustedes. La tierra se incorpora al Único. Niños del Uno, ustedes descubren el Uno, él mismo; espacio donde no existe ninguna distancia, espacio donde sólo existe la Esencia del Corazón que trae la floración de la Esencia, fuente perpetua, Cristal del cual la Luz sólo tiene por igual la transparencia. La Luz nace de la transparencia.
Hoy, en este espacio, las Doce Estrellas brillan e irradian. Hubo el tres en uno y el doce en uno. La octava del 12 es la base de la Creación Unificada. Los Números son Verbo y Vibración, no los números que cuentan, que dividen y que separan, sino el Número Maestro, Verbo del Uno y de la Una. Entre Vosotros y Yo, no hay lugar que del Nosotros. NOU que fue uno de mis nombres. Dos Mundos: un mundo separado (el mundo fenomenal) y el Mundo de la Esencia (más allá de toda experiencia). Nosotros somos Uno. Quién puede dudar si no es el que duda permanentemente ya que él sabe que él es efímero y quiere obligarles a ser efímeros. Lo efímero no es la Madre. Lo efímero es amargo. La Madre es dulce-suave.
Somos Uno. Nosotros somos Uno, en el Corazón. Somos Uno, en la Fuente y en la Vibración. Nosotros somos Uno, también en el silencio. Somos Uno, en todas partes y eternamente. Somos Uno, aquí, también. Se terminó la separación. El final no es en realidad más que el principio que permite saber que la ilusión misma de la separación, sólo tiene un tiempo: el tiempo de la ilusión y del encierro. Nosotros somos Uno, es estar de aceptar a la Fuente, es aceptar al Todo, es estar de acuerdo consigo mismo, más allá del Yo.
Cada vez más, percibirán, y nosotros percibiremos con ustedes, la resonancia de nuestra reunión. Hay solamente que abrir, abrir la ventana del Corazón para que el calor y la Vibración del Único nos reúnan de nuevo. Nuestra reunión está más allá de las separaciones, más allá de los Universos. La conexión al Único restituye la integridad de la Conciencia. Así pues, en el silencio de nuestros Corazones, cada uno de entre nosotros cantará la Unidad reencontrada que, en realidad, no estaba perdida, sino puesta en suspenso en un tiempo efímero.
Yo soy ustedes y ustedes son yo. De Semillas de Estrellas, se convierten en Estrellas. Salen por lo tanto del huevo. Lo que está cerrado no es más que el encierro de eso que nace. En este caso, la abertura de la Semilla, es vuestro y nuestro brote y nacimiento. Salir del cascarón, es cerrar el capítulo de la separación, un capítulo que no tiene necesidad de ser escrito ya que será consumido en el Fuego del Amor.
Nosotros somos Uno, un solo Corazón ya que el Corazón será siempre el Corazón. La resonancia se hace al unísono de los latidos, al unísono en la conexión de Corazón a Corazón. Nada podrá jamás limitar. Ninguna creación puede ser limitada. No existe ningún límite y ninguna barrera en el Corazón. La Voz del Corazón es la Voz de la Unidad. El Corazón y la Unidad expresan y manifiestan la misma Verdad. Así pues, la Voz del Corazón es por lo tanto Verdad y Vida, como él se los ha dicho. Hagan vuestras, estas palabras: “Yo soy la Voz, la Verdad y la Vida”. Ustedes son; Nosotros somos, la Voz, la Verdad y la Vida.
El Fuego del Corazón consumirá, el capítulo de la separación, el que sólo se escribió sobre el viento, de la Ilusión. Juntos, reunidos, unidos, y libres, pronto nos encenderemos y abrazaremos juntos, la Unidad. Cuando se les ha dicho que todo estaba adentro, es que en realidad no hay ni adentro ni exterior, no hay nada que sea exterior al Uno. Eso es imposible.
Una Estrella; eso son ustedes. Es hora de salir, salir de esta Ilusión, haciendo silencio, deteniendo el tiempo, deteniendo la Respiración. Tiempo inmóvil en que la inspiración y la expiración ya no están, dónde solamente el Aliento del Espíritu crece. Todo es Uno porque nosotros somos Uno. Esta Conciencia que se devela, esta Vibración Unidad y Unitaria, transportada por el Éter, permite a la Tierra, esta Tierra; liberar su Alegría que es vuestra Alegría.
Lo efímero amargo se termina. El Eterno está allí. Yo soy Uno, como soy Una. Soy ustedes, como ustedes son yo. Iluminación. El Sol tiene cita con la Tierra. El Êtreté tiene cita con lo efímero. Frente a frente y Fusión. Eso se vive, más allá del tiempo, desde el momento presente. Hay solamente que Ser, hay solamente que Vibrar el Corazón en el Uno y el Único.
Más allá de las palabras de vuestra lengua (que yo tomé prestadas en las sinuosidades de este cerebro que tomo prestado), se encuentra un hilo director, directo, sin contornos ni rodeos: “soy Uno y ustedes son lo que yo soy”.
Una ESTRELLA los abraza y enciende. Una ESTRELLA que nos saluda y les saluda. Voz, Verdad y Vida. Bendición del instante ya que el instante es eterno. Una Estrella los ama ya que el Amor es nuestra naturaleza. Hay una consecuencia, en ustedes como en mí. Alégrense. Vibración y Corazón. Comunión. Adiós. Comunión.
Traducción: Hedyn Núñez.
13 de Marzo 2011.
Mis amigos de aquí y de otras partes, soy UNA ESTRELLA. Nómbrenme como les parezca. Intervengo después de mis Hermanas, habiendo de alguna manera, preparando mi llegada. Los que necesiten un nombre o una apelación, llámenme una ESTRELLA. ¿Qué decirles? El preámbulo será rápido ya que eso que yo voy, por mi Presencia y vuestra Presencia, en este momento, a revelar, es un paso más en el silencio y en la Unidad.
Podría decirles que estoy en tal lugar o tal otro. Podría decirles que soy la hija de la Madre y la Madre de la Madre. Soy; en Verdad, eso. Pero, ante todo, mi Amor y mi Presencia me hacen decir y vivir que soy cada uno y cada una de ustedes. La hora ha llegado, fuera de este tiempo y esta hora, de reunirnos, de resonarnos, en resonancia más allá de la razón, de ponernos juntos, a la imagen del Único, en un espacio y de un tiempo fuera de este tiempo y fuera de este espacio donde no existe más la distancia, donde no existe más la separación. Juntos y unidos. Espacio no definido. En resonancia el uno al otro, entre ustedes y entre nosotros, son las primicias previas anticipando nuestra unión: unión de Libertad, unión en el seno del Uno.
Yo podría decirles: “soy ustedes”. Podría decirles: “ustedes son yo”, más allá de las palabras, allí donde quiero que juntos resonemos, más allá del múltiplo, en la Unidad del Ser, en la Unidad de la Verdad, Verdad del Corazón donde el silencio reina a fin de captar nuestra resonancia. Soy una de entre ustedes, como son el uno y la una de las Doce, participando en la ronda y trabajando en la ronda de la Creación. No es ya la hora de las cadenas. La hora del múltiple, tampoco. Lo que estaba fragmentado, lo que estaba dividido y separado, se unió. Podría decirles que soy la voz de la Tierra y la voz del cielo. Soy vuestra voz; cuando ustedes mismos son vuestra voz. Soy la voz de la Unidad y podría, también, como ustedes, ser la voz de la Fuente.
No hay más distancia en la Conciencia Una, Unidad de la Vibración. Una de las Estrellas les habla, más allá de las palabras, el lenguaje del Único, el que captan en los intervalos de mis palabras, ese intervalo que suprime la distancia, que pone en resonancia, permitiendo entonces decir y sobre todo de vivir: «yo soy Uno». ¿Qué diferencia entre yo soy Una y soy Uno? La diferencia sólo está en una letra. En la Unidad, no hay nada que tomar a la letra. Hay solamente que vibrar. Hay solamente que englobar. Hay solamente que Ser ya que el Ser es el sentido mismo del Único.
La Vibración es llevada y transportada más allá del sonido, de mis palabras, de mi Corazón a vuestro Corazón y de vuestro Corazón a mi Corazón porque somos un solo Corazón en el Único: espacio de adhesión, testigo de la Alegría, instalación en el Ser. En el centro del centro, en el espacio palpitante e inmóvil, englobando el conjunto de los posibles; el Único viene a ustedes. La tierra se incorpora al Único. Niños del Uno, ustedes descubren el Uno, él mismo; espacio donde no existe ninguna distancia, espacio donde sólo existe la Esencia del Corazón que trae la floración de la Esencia, fuente perpetua, Cristal del cual la Luz sólo tiene por igual la transparencia. La Luz nace de la transparencia.
Hoy, en este espacio, las Doce Estrellas brillan e irradian. Hubo el tres en uno y el doce en uno. La octava del 12 es la base de la Creación Unificada. Los Números son Verbo y Vibración, no los números que cuentan, que dividen y que separan, sino el Número Maestro, Verbo del Uno y de la Una. Entre Vosotros y Yo, no hay lugar que del Nosotros. NOU que fue uno de mis nombres. Dos Mundos: un mundo separado (el mundo fenomenal) y el Mundo de la Esencia (más allá de toda experiencia). Nosotros somos Uno. Quién puede dudar si no es el que duda permanentemente ya que él sabe que él es efímero y quiere obligarles a ser efímeros. Lo efímero no es la Madre. Lo efímero es amargo. La Madre es dulce-suave.
Somos Uno. Nosotros somos Uno, en el Corazón. Somos Uno, en la Fuente y en la Vibración. Nosotros somos Uno, también en el silencio. Somos Uno, en todas partes y eternamente. Somos Uno, aquí, también. Se terminó la separación. El final no es en realidad más que el principio que permite saber que la ilusión misma de la separación, sólo tiene un tiempo: el tiempo de la ilusión y del encierro. Nosotros somos Uno, es estar de aceptar a la Fuente, es aceptar al Todo, es estar de acuerdo consigo mismo, más allá del Yo.
Cada vez más, percibirán, y nosotros percibiremos con ustedes, la resonancia de nuestra reunión. Hay solamente que abrir, abrir la ventana del Corazón para que el calor y la Vibración del Único nos reúnan de nuevo. Nuestra reunión está más allá de las separaciones, más allá de los Universos. La conexión al Único restituye la integridad de la Conciencia. Así pues, en el silencio de nuestros Corazones, cada uno de entre nosotros cantará la Unidad reencontrada que, en realidad, no estaba perdida, sino puesta en suspenso en un tiempo efímero.
Yo soy ustedes y ustedes son yo. De Semillas de Estrellas, se convierten en Estrellas. Salen por lo tanto del huevo. Lo que está cerrado no es más que el encierro de eso que nace. En este caso, la abertura de la Semilla, es vuestro y nuestro brote y nacimiento. Salir del cascarón, es cerrar el capítulo de la separación, un capítulo que no tiene necesidad de ser escrito ya que será consumido en el Fuego del Amor.
Nosotros somos Uno, un solo Corazón ya que el Corazón será siempre el Corazón. La resonancia se hace al unísono de los latidos, al unísono en la conexión de Corazón a Corazón. Nada podrá jamás limitar. Ninguna creación puede ser limitada. No existe ningún límite y ninguna barrera en el Corazón. La Voz del Corazón es la Voz de la Unidad. El Corazón y la Unidad expresan y manifiestan la misma Verdad. Así pues, la Voz del Corazón es por lo tanto Verdad y Vida, como él se los ha dicho. Hagan vuestras, estas palabras: “Yo soy la Voz, la Verdad y la Vida”. Ustedes son; Nosotros somos, la Voz, la Verdad y la Vida.
El Fuego del Corazón consumirá, el capítulo de la separación, el que sólo se escribió sobre el viento, de la Ilusión. Juntos, reunidos, unidos, y libres, pronto nos encenderemos y abrazaremos juntos, la Unidad. Cuando se les ha dicho que todo estaba adentro, es que en realidad no hay ni adentro ni exterior, no hay nada que sea exterior al Uno. Eso es imposible.
Una Estrella; eso son ustedes. Es hora de salir, salir de esta Ilusión, haciendo silencio, deteniendo el tiempo, deteniendo la Respiración. Tiempo inmóvil en que la inspiración y la expiración ya no están, dónde solamente el Aliento del Espíritu crece. Todo es Uno porque nosotros somos Uno. Esta Conciencia que se devela, esta Vibración Unidad y Unitaria, transportada por el Éter, permite a la Tierra, esta Tierra; liberar su Alegría que es vuestra Alegría.
Lo efímero amargo se termina. El Eterno está allí. Yo soy Uno, como soy Una. Soy ustedes, como ustedes son yo. Iluminación. El Sol tiene cita con la Tierra. El Êtreté tiene cita con lo efímero. Frente a frente y Fusión. Eso se vive, más allá del tiempo, desde el momento presente. Hay solamente que Ser, hay solamente que Vibrar el Corazón en el Uno y el Único.
Más allá de las palabras de vuestra lengua (que yo tomé prestadas en las sinuosidades de este cerebro que tomo prestado), se encuentra un hilo director, directo, sin contornos ni rodeos: “soy Uno y ustedes son lo que yo soy”.
Una ESTRELLA los abraza y enciende. Una ESTRELLA que nos saluda y les saluda. Voz, Verdad y Vida. Bendición del instante ya que el instante es eterno. Una Estrella los ama ya que el Amor es nuestra naturaleza. Hay una consecuencia, en ustedes como en mí. Alégrense. Vibración y Corazón. Comunión. Adiós. Comunión.
Traducción: Hedyn Núñez.
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