
Mensaje de Madre María
Por Ngari
0h25 de España, el 9.9.2012
Amados hijos
Vengo a entregarles todo mi amor. Hoy y siempre, para siempre, sois mis hijitos muy amados.
En un día como hoy, que estoy siguiendo la ruta de mis apariciones por toda la América del Sur,
y también Europa en Madjugorge y Fátima, quise venir a saludaros y a agradecer a mi amada y
preciada estrella, por el lindo trabajo de luz que realiza. Ya son muchos los que reconocen su
servicio a la Luz… y serán cada vez más, los que lo van a reconocer. Porque todas las criticas y
difamaciones que está recibiendo, tan solo están sirviendo para hacerla aun más fuerte.
Ah, hijitos… Si todos pudiesen ver su corazón… como yo y los demás seres de luz lo vemos…
sabrían que en él solo se puede albergar el amor más puro y limpio… incondicional… que
derrocha entre todos sus hermanos.
En esa fase de la transición planetaria… cuando todo el caos, y la discordia parecen abatirse
sobre la Tierra, es necesario que todos ustedes, mis hijos, se unan… que puedan juntarse en
oración… pedir para que llegue cuanto antes, ese mundo mejor por lo cual esperan.
Muy pronto la barbarie… la violencia…las injusticias… y el caos reinarán en todos los lugares
en donde no haya amor. Del mismo modo, todas las instituciones de su sociedad, que no estén
basadas en amor, se caerán, ruidosamente, ante sus ojos atónitos. No habrá apelación.
Por eso, hijitos de mi corazón, llénense de amor… y nada menos que nuestro inmenso amor,
podrá llegar hacia ustedes. Llénense de alegría… de paz profunda… Y nada de menor vibración
que esas, se les podrá acercar.
Es fundamental que puedan oír mi anuncio y mi llamada. Todos mis hijos, sin distinción,
serán llamados. Todos sabrán lo que van a tener por delante. Serán tomados de gran claridad
mental. Y aunque no tengan desarrollado su telepatía, podrán oír, saber y comprender
nuestras instrucciones, direccionadas a cada uno de ustedes.
Es muy importante que todos ustedes estén en condiciones de recibirlas. Porque de eso va a
depender el salvamento de muchas vidas. No temáis, hijos míos. No se rindan ahora, que todo
está ya sobre vuestras cabezas. Llámennos y estaremos a un soplo de distancia. Yo Soy vuestra
Madre María, y os enseño mi amor, dejándoos bajo mi Manto y mi protección.
- Gracias, Madre…
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